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Venezuela en camino a un Estado popular totalitario

 

 

Lo siguiente se trata de un texto de Philipp Lenhard, traducido al español, publicado 2008 en la revista "Bahamas", número 55, que tiene por tema Venezuela en camino a un Estado popular autoritario.

 

 

En Marzo volvió a suceder: A Hugo Chávez, la superestrella socialista de nuestro tiempo, se le volvió a ofrecer la oportunidad de instalarse como un antiimperialista que está dispuesto a todo. Cuando la armada colombiana mató a Raúl Reyes, el líder de la banda de asesinos "marxista" FARC, habiendo penetrado el territorio ecuadoreño por este fin, el caudillo venezolano se lanzó inmediatamente en la postura de defensor contra agresiones occidentales. El hecho de que Chávez, tanto como su colega ecuatoriano Rafael Correa, enseguida pusieron tropas en marcha hacia la frontera, no se debe tanto a la defensa de la integridad del territorio del Estado, sino a una táctica de política exterior que intenta disimular la ayuda militar, económica y logística a la FARC por parte de Venezuela. Hace años que la FARC ejerce su guerra sucia de guerrilla desde los territorios ecuatoriano y venezolano, sin ser ni inhibida en esto por parte de Chávez y Correa.

 

Chávez ve a Colombia como una cabecera de puente del imperialismo occidental, que quiere socavar la unidad de América Latina. En consecuencia, después de la muerte de Reyes, él denunció a Colombia de ser "el Israel de América Latina" (Frankfurter Allgemeine Zeitung, 4 de marzo 2008). Y para que la relación con un Estado como Israel, tal como él se la imagina, no quede un secreto, se dio prisa a hacer amenazas de guerra. Sin embargo no fue sorprendiente que, después de algunos dias, se puso un fin al conflicto, ya que todo el mundo sabe que Venezuela no podría ganar una guerra contra Colombia, ni económicamente, ni por medios militares. Así que el asunto quedó reducido a meros gruñidos de amenaza, por los que se conoce a este presidente desde el inicio de su carrera. Pero se equivocaría mucho quien pensara que no hay que tomar tanto en serio las palabras marciales del caudillo. Las fanfarronadas en público no son meros deslices, sino que dan ejemplo a una estratégia política completamente irracional y por tanto incalculable de la ideología del así llamado bolivarianismo, que puede incluir cualquier infamia - y a la que hay que tomar en serio, ya que el concepto chavista de una alianza nacional entre el proletariado lumpen, el ejército y la aristocrácia bolivariana contra los presuntos siervos del imperialismo, tanto internos como externos, parece funcionar bien y surte efecto en una amplia mayoridad de los venezolanos. El hecho de que la mayoría de los venezolanos y también de los chavistas están ocupados en el sector informal, y que por tanto son marcadamente pobres, no dice mucho sobre la condición de una sociedad, si se olvida de reflejar cual es la función de esta mayoría depauperizada en la sociedad. Para descifrar a esta función hay que dedicarse a la técnica de dominio político que violentamente mantiene junta a la sociedad venezolana.

 

 

 

La técnica de dominio bolivariano

 

 

 

El bolivarianismo, siendo un concepto republicano, tal como se entiende él mismo, ejerce en la práctica la abolición del republicanismo basando en sus propias raíces y con sus propios medios. Conserva todos los criterios de dominio republicano - sean elecciones libres o soberanía popular - pero socava sus precondiciones discretas que surgen de los resultados de la ilustración histórica. El sujeto consciente de sí mismo, que en su propio interés bien entendido hace un contrato social con sus competidores y se somete a una coacción objetiva, la cual se encarna en una ley general y tiene el monópolo de violencia estatal como punto de fuga, en el bolivarianismo ya solo aparece en forma de sujeto desustancializado: ya que su escacez material de propriedad privada es retitulada como virtud y transmitida a una dependencia directa del Estado todopoderoso. El único se convierte en un receptor de limosnas y al mismo tiempo en un militante, así que parece ser sujeto político - y nada más que político - que se prueba por su lealdad entera al soberano verdadero, cuyo poder de esta manera se vuelve infinita, porque él predomina todas las esferas de la sociedad y hasta controla cada barrio en forma de sus comités comunales.

 

La esfera privada, el refugio clásico del ciudadano, en la que este se puede tomar el tiempo para pensar y para el placer, se encuentra masivamente coartada, no solo por parte de la situación precaria de propiedad, sino también políticamente. No debe haber ningún refugio, ya que todo debe ser público, en el nombre de la "democracia participativa". El carácter coercitivo totalizado de esta forma de dominio no es visible en que no se permitan elecciones libres, sino en que la precondición lógica de estas elecciones, la autonomía relativa del individuo, queda considerablemente restringida.

 

Esto sucede prácticamente de manera que los chavistas han construido una densa red de iniciativas de vecinos y así llamados "círculos bolivarianos" que controlan al único y lo forman a ser miembro de una comunidad politico-moral vinculante. Aparte de las diversas milicias de barrio bolivarianas hay los Consejos Comunales, que según la ley tienen que registrar y controlar el barrio. El ministerio responsable les prescribe a los Consejos Comunales, que son percibidos como "base del poder popular", entre otras cosas las siguientes tareas, así delatando abiertamente el carácter totalitario del dominio bolivariano:

 

"Ejercer el control social en todas las actividades que se desarrollan en la comunidad, sean éstas de orden estatal, comunitario o privado (alimentación, educación, salud, cultura, deportes, infraestructura, cooperativas, misiones, y otras.) [...] Establecer el orden y luchar contra la delincuencia y la corrupción." [2]

 

Se puede imaginar la amplitud del control social quien ya ha tenido la oportunidad de hacer sus experiencias con denunciantes. Pero no solo los vecinos curiosos son el problema: Porque los policías, especialmente en los barrios, son movilizados allí en donde viven. Así se teje una red densa de control inmediato, es decir ejercido personalmente. Las patrullas actúan localmente y por autoiniciativa, pero siempre lo hacen en el mayor interés de la nación, identificada con la voluntad de Chávez, el cual es la figura paternal presente en cada situación decisiva, como lo es Dios en los creyentes. En paralela al control democrático de base en los barrios, el Führer Chávez, en su misma persona, inicia ataques contra enemigos del pueblo y así simula la fusión de pueblo y Estado. Oposicionistas y disidentes normales padecen represiones en todos los niveles: Desde la expropiación de empresarios molestos [3] hasta la revocación de licencias de emisión públicas a canales de televisión [4].

 

 

 

El Caos como nueva orden

 

 

 

Aunque predomina el aspecto de máxima homogenidad de las masas, en verdad la entidad venezolana está demarcada por un caos de lealdades que lo penetra todo. La burocrácia estatal de Chávez se deja caracterizar sobre todo como un desorden de personal, el cual siempre está cambiando, poque todo el tiempo ministros y oficiales quedan despedidos o son desplazados involuntariamente. Es Chávez mismo el que anuncia públicamente los despidos de esbirros incompetentes o el que arregla cuentas con oficiales de la Administración delante de las cámaras de TV. Esta forma de ejecución pública, que atrae a los curiosos como el estiércol a las moscas, engendra una situación en la que el caos es el orden verdadero. La estructura del bolivarianismo es el escándalo permanente, que le toma cualquier seguridad al único y alimenta el pánico individual, siendo amenazados con exclusión o deshonra todos los disidentes potenciales. Esta forma de no-estado, como la hubiera llamado Franz Neumann, es la mejor precondición para vasallaje ciego y obediencia al líder. Freud describió en su "Psicología de las masas" que para la conservación de las masas todo depiende de la ilusión de que el líder "ama a todos en la masa con el mismo amor" [5]. Si esta ilusión se deshaciera, la masa se disolvería en sus partes únicas. Por eso Chávez será omnipresente en Venezuela: Las imágenes deben demostrar que está vivo.

 

Los críticos izquierdas del chavismo, en su crítica, se echan sobre todo encima del culto pesonal ejercido alrededor del caudillo, pero no entienden que el culto es la masilla del bolivarianismo y que Chávez se derrumbaría sin esa masilla. El culto personal no es un defecto exterior, que simplemente tuviera que ser corregido para realizar un socialismo auténtico y sin desfiguraciones, sino que es el núcleo del bolivarianismo. El mismo Chávez lo sabe, ya que dijo sobre su ídolo Fidel Castro: "Sin Fidel parece que no hay movimiento. Es como si él lo fuera todo." [6]

 

La muy evocada democratización de la sociedad, declarada por ser la primera meta de Chávez, y la que en realidad significa la anulación del Parlamento en su función de instancia de control, juega un papel imprescindible para la constitución de las masas. Presentándose como el abogado del pueblo, Chávez sugiere que ayuda a cada individuo a obtener su derecho. Freud también ya vió el carácter democrático de las masas: "Una linea democrática pasa por la Iglesia, porque todos son iguales delante de Cristo, todos participan igualmente en su amor." [7] Y no es del todo casualidad que Chávez se las dé de Cristo. No se vé a sí mismo solo como el ser humano Chávez, sino también como salvador. En esta idea de salvador el individuo queda tan extinguido como en los miembros de la masa. Con Chávez esto suena así:  "Si esta persona (el caudillo) lo alcanza, si ajusta su vida a lograr la colectivización del líder con la fuerza mítica dada, con los proyectos y las ideas, si me puedo abstraír de todos esos procesos, esto justifica la presencia de un caudillo." [8] Es decir que Chávez se vé como la incarnación de una fuerza mítica, que colectiviza su doctrina, la divulga en la humanidad a la que quiere traer la salvación. Una figura mesiánica como esta es perfectamente apta para la identificación. Porque a la masa le importa la identificación con el Führer narcisista, y para este efecto es necesario que atraiga a todos y que quede al mismo tiempo inaccesible. "Chávez es el pueblo", dicen por lo tanto los carteles que cuelgan por toda Venezuela. Referiéndose todos al chavismo, construyen una base de igualdad negativa que los liga los unos a los otros. El único imita al Führer y lo ajusta todo para ganar su favor; desiste de su individualidad para fusionar con el colectivo - pero esta desindividualización sucede individualmente y demanda un máximo esfuerzo personal. Por su integración en la masa el individuo transfiere su libertad al colectivo y la cree así multiplicada, con la consecuencia de que el individuo ya no puede existir por sí mismo. Lo que la forma de masa le hace al individuo en su plena crueldad, a menudo se vuelve visible cuando la masa se disuelve y el individuo de masa, ahora aislado, se vuelve pánico. "Los apegos mutuales han acabado y un miedo enorme sin sentido es liberado." [9] Por suerte, en Venezuela aún no ha llegado este momento. En Venezuela hay grupos de interés diferentes que se combaten y luchan por el poder en el Estado. Hay una burgesía antichavista y una oposición de izquierda radical, aunque es bastante pequeña, porque la mayor parte de la izquierda radical o reformista coopera de una manera u otra con los chavistas o ha sido integrada a la fuerza. Pero el pánico, tan instrumentalizado por el régimen, ya hace temer la gravedad de las consecuencias de una disolución de las masas en una era poschavista, la que quizás viene más rápidamente que de momento parece considerable [10]. Una guerra civil es ciertamente imaginable.

 

 

 

La "Guardia de Pretorianos" de Hugo Chávez

 

 

 

La masa en la que se apoya Chávez no es exclusivamente, pero en su mayoría, la parte de la población empobrecida que vive en los barrios. Ella aprovecha lo más de las Misiones, de los proyectos de limosnas del presidente, porque no posee mucho o, literalmente, nada más que su fuerza laboral indeseada. El proletariado lumpen, del cual una vez Engels dijo, encertándolo bién, que se convierte "por medio de buena paga" muy rápidamente en una "Guardia de Pretorianos de los poderosos correspondientes" [11], compone de esta manera directamente la base del poder del Gobierno bolivariano y al mismo tiempo su masa de inercia, ya que los miserables de los suburbios, siendo deleitados con las bendiciones de todas maneras escarsas del presupuesto deficitario estatal, quedan fijados a su tierra natal - el desperdicio y la estrechez de los barrios.

 

Los izquierdas de aquí (en Alemania) en su celo omiten que en Venezuela, los que parecen poderosos - el "pueblo" - son al mismo tiempo los más impotentes, y en cuanto a la forma autoritaria del dominio político, esos izquierdas cierran ambos ojos a ella en los mejores casos, y frecuentemente hasta la protegen y defienden. Izquierdas alemanes, que por definición están inclinados al fetichismo del Estado, saben, sin tener que considerarlo mucho, que las Misiones, esos programas de limosnas para el soborno de las masas empobrecidas, deben ser algo estupendo. Para ellos la idea de que el Estado por fin será uno "de todo el pueblo" (Lassalle) es como un sueño excitante. Pero de momento, solamente se cambia la composición personal de los personajes del Estado. El Gobierno Chávez aumenta la ocupación en las plazas abiertas de la Administración por miembros del ejército. A los pobres de los suburbios tan halagados se les da un acceso a los comederos del Estado mucho menor. Aunque deben sostener al dominio y celebrar un espectáculo constante dedicado a su legitimización - que absurdamente siempre es identificado con la democracia de los Consejos por parte de los amigos alemanes del socialismo venezolano - estas iniciativas de vecinos y uniones de democracia en base no tienen prácticamente nada que mandar. Se les permite hacer sugestiones y a arreglar sus asuntos, en tanto que no afecten el dominio - el poder verdadero pero queda en las manos de la burocrácia, dirigida y navigada por Chávez mismo.

 

En concreto esto significa que Chávez y el pequeño círculo de sus consejeros políticos van infiltrando con personas nuevas y fiables el engranaje del poder, en el que servirán de ruedas dentadas funcionales, y otras personas quedan despedidas y son echadas a la multitud televidiente y radiooyente por ser "traidores". Esta reconstrucción del Estado está en buen camino a una forma de dominio autoritario, al que no sería erróneo llamar "dictadura" - y el que no lo ve, no lo quiere ver.

 

El referendo constitucional del diciembre 2007, que hubiera elegido a Chávez prácticamente por dictador - contenía mociones sobre una reelección del presidente infinitamente posible, la sumisión directa del Banco Central bajo el Gobierno, el permiso de movilizar al militar en el interior, la sumisión directa de las Fuerzas Armadas bajo el Presidente y una reorganización de los districtos administrativos - era expresión directa del impulso hacia un orden social totalitario. Por suerte ha fracasado, y de momento el camino venezolano hacia la dictadura ha sido parado, pero prueba que la mejoría de la situación de vida esperada se ha vuelto en una gran decepción para los habitantes de los barrios, porque el control social aumentó inmesurablemente, aunque seguro que no les llega más carne al plato de cenar. En este sentido hay razón de estar contento de que haya fracasado por el momento la estratégia de Chávez, pero al otro lado queda claro que el referéndum no ha sido el intento final de instalar el "socialismo del siglo XXI" en la constitución. Que Chávez haya admitido su derrota no és causado por su honestidad y transparencia, como sugiere la mayoría de los expertos para América Latina, sino en que hubiera arriesgado una guerra civil con final inseguro si hubiese rechazado el resultado. La sociedad venezolana hoy está profundamente escindida y una mínima causa bastaría para hacerla estallar. Por eso Chávez tiene que concentrarse más que antes en la definición de enemigos políticos, para despistar de la política interior con la de exterior. Con bastante certeza su amistad demonstrativa con Ahmadinechad y Nasrallah será intensificada. La FARC, mencionada antes, también aprovechará de la nueva iniciativa de Chávez.

 

 

 

Antisemitismo venezolano

 

 

 

A quién se les hará la vida aún más dura serán probablemente los judíos venezolanos. Ya que el antisemitismo no es una mera manía del presidente, sino la expresión de una ideología patológica que se apoya en una crítica fetichista del capitalismo, el antisemitismo de Chávez no se limita a la propaganda contra el Estado judío. Los judíos venezolanos ya se encuentran en el foco de la hostilidad. El antisemitismo no es un ingrediente externo, separable del bolivarianismo, sino que su expresión más consecuente. Esto les duele a los amigos del socialismo latinoamericano y por tanto lo niegan. Los fans del bolivarianismo no quieren saber nada de propaganda antijudía, publicada día por día en diarios y revistas estatales y en favor del Gobierno, que en su malicia son comparables a imitaciones del periódico nazi "Stürmer". En la prensa influencial chavista, los judíos son presentados como conspiradores, corruptores del mundo y capitalistas pícaros por toda la línea, que quieren echar el pueblo al abismo. [12] En sus discursos, Chávez recurre a estos estereotipos cuando arremete con los capitalistas, imperialistas y sionistas, denuncia a los judíos de haber asesinado a Cristo y compara la política de autodefensa israelí con la guerra de exterminación de los nazis. Los sermones de odio - esto es de cierto un fenómeno nuevo en Venezuela - se traducen políticamente cada vez en una persecución estatal aumentada de los judíos venezolanos. Por ejemplo, una escuela judía ya fué registrada dos veces de manera fastidiante y innecesaria por la policía, por suspición de haber amontonado armas ilegales y ayudado al terrorismo - por supuesto sin éxito. Pero no le importa tanto a Chávez ni a su viceministro del interior responsable por los registros, el antisemita Tarik al-Aisami, si encuentran algo concreto. Lo que les importa es ensuciar el nombre de los judíos y marcarlos con el estigma del terrorismo, y así hacer un absurdo total del concepto del "terrorismo", ya en si mismo problemático. Así como Chávez denuncia a Colombia de ser un "estado terrorista", aunque él mismo apoya a la FARC, los judíos son representados como terroristas, aunque es el gobierno venezolano el que le hace la corte a bandas terroristas como la Hizbollah.

 

Los judíos venezolanos, cuyo número en los últimos años ha sido reducido a la mitad, sienten que el antisemitismo no es solamente mera fraseología, sino que los amenaza directamente. Sammy Eppel, un periodista venezolano judío, lo expresa así: "Puedo decir que una gran parte de la comunidad judía en Venezuela está muy inquietada, porque el antisemitismo viene del gobierno. Si fueran meros grupos que practican propaganda antisemita, podriamos defendernos. ¿Pero como nos defenderemos contra el Gobierno? Tiene todo el poder." [13] La declaración de Eppel que el Gobierno tiene todo el poder es un poco exagerada, pero por eso mismo correcta en su tendencia, y señala al punto de que en la Venezuela de hoy hay condiciones totalitarias crecientes. El pacto entre la mafia chavista, el ejército y el proletariado lumpen solo aguanta a través de una ideología agresiva y cargada de religión, y por limosnas financiadas por el petróleo. Este pacto solo puede persistir si se confronta permanentemente a enemigos interiores y exteriores. Es decir que el antiamericanismo y el antisemitismo son necesidades del Estado. La ideología bolivariana tiene que penetrar en todas las partes de la sociedad y reprimir con todos los medios las ideas competidoras. El control estatal es delegado a las mafias bolivarianas, y así se totaliza. La democracia tan cacareada va mano a mano con la debilitación de la autonomía individual y somete el único a las iniciativas de vecinos diversas, a las cooperativas y los círculos - todo ello formas de mafias políticas que solo están en contacto mútuo a través de su dependencia inmediata de Chávez. Aunque la esperanza sea fundada que algún día los venezolanos derrocarán a Chávez, esto no implica necesariamente que, en vista de la formación autoritaria de la sociedad, la era posbolivariana se definiría por una mayor medida de libertad. Es indeciso cómo continuará la historia en Venezuela. Ya que fracasó el referéndum constitucional, es considerable que los venezolanos se hayan reservado un cierto resto de razón política - y esto por lo menos permite ser optimista.

 

Philipp Lenhard (Bahamas 55/2008), Übersetzung: Richard Kempkens

 

 

 

Notas:

 

 

 

[1] Un campo de batalla importante del Estado bolivariano es la familia, tradicionalmente fuerte. Para debilitar la familia los infantes y juveniles son metidos en escuelas de jornada completa, en las que son indoctrinados desde la mañana a la tarde con ideología chavista. También los disputos entre Chávez y la Iglesia Católica, que quedan frecuentemente inadvertidos, se alimentan de la lucha contra esferas sociales alternantes.

 

 

 

[2] Instituto nacional de servicios sociales: Consejos Comunales - Base del Poder Popular - ¡Construir El Poder Desde Abajo! http://gp.cnti.ve/site/minpades.gob.ve/view/Consejos%20Comunales.php

 

 

 

[3] Compárese por ejemplo el caso de la empresa Inveval del líder de la oposición, Andrés Sosa Pietri. Véase Dario Azzellini: Von den Mühen der Ebene, in: Gruppe MovimentoR/Holm (Hrsg.): Revolution als Prozess, S. 51f.

 

 

 

[4] Para limitar la libertad de la prensa, el Parlamento dominado por los chavistas impuso el parágrafo 279a: "Todo el que cause pánico en la colectividad o la mantenga en zozobra, valiéndose de informaciones falsas difundida por cualquier medio, escrito, radial, televisivo, satelital, telefónico, video, correo electrónicos o escritos panfletarios anónimos será castigado con prisión de dos años a cinco años." Véase también www.vcrisis.com/index.php?content=letters/200503281631 (13.02.08).

 

 

 

[5] Sigmund Freud: Massenpsychologie und Ich-Analyse, in: Gesammelte Werke, Bd. XIII, Frankfurt a. M. 1999, S. 102.

 

 

 

[6] Interviú con Blanco Múñoz en 1998, citado según: Christoph Twickel: Hugo Chavez. Eine Biografie, Hamburg 2006, S. 118. Nota del traductor: Esta cita fué retraducida del alemán y puede variar de lo que dijo Chávez en castellano.

 

 

 

[7] Freud, Massenpsychologie, S. 102.

 

 

 

[8] Interviú con Blanco Múñoz en 1998, citado según: Twickel: Chávez, S. 118. Nota del traductor: Esta cita fué retraducida del alemán y puede variar de lo que dijo Chávez en castellano.

 

 

 

[9] Freud: Massenpsychologie, S. 104.

 

 

 

[10] Por ejemplo si los programas de limosnas no se pudieran cumplir, ya que las cajas públicas hubieran sido vaciadas a causa de un precipicio de los precios de petróleo. El periódico alemán Handelsblatt presentó el 16 de marzo 2008 la noticia que delante de la costa del Brasil fué descubierto el campo de petróleo tercero más grande del mundo. Si el Brasil empezara a explotar el campo, caería el precio del petróleo muy probablemente. Algo parecido es perspectivamente posible en el Iraq cuando la extracción de petróleo sea reanudada a plena cantidad.

 

 

 

[11] Friedrich Engels: Der 25. Juni, in: MEW Bd. 5, S. 131.

 

 

 

[12] Véase por ejemplo: Karl Pfeifer: Official antisemitism erupts in Venezuela, 22.02.07 (www.engageonline.org.uk/blog/article.php?id=898).

 

 

 

[13] Véase Thilo F. Papacek: Interview mit Sammy Eppel, Journalist. "Der Antisemitismus in Venezuela geht von der Regierung aus", en: Jungle World, Nr. 6 (7. Februar 2008), S. 20.

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